domingo, 5 de septiembre de 2010

Corpus Christi


Sin forzar mucho la imaginación, nosotros a inicios del siglo XXI podemos transmitir, quizá con menos talento literario, la misma sensación que provocó en el poeta el color festivo del Ande y la santidad cristiana del Señor, en una ceremonia instaurada por el virrey Francisco de Toledo1569-1581) en 1572, que gobernó el Perú durante el reinado de Felipe II (1556-1598) de la Casa de Austria.

Desde entonces, en todo el país se celebra esta fiesta sacramental del cuerpo y la sangre de Cristo, pero en ningún lugar como en el Cuzco se siente una fuerza de contrastes tan notoria, aderezada por la majestuosidad intrínseca de la Ciudad Imperial. Y es que la celebración cristiana por antonomasia cobra allí carácter popular, y en ese tráfago de gente y costumbres, la mística, la música andina y la reciprocidad andina se funden en una sola masa de vida y trascendencia espiritual.

Muchas veces nos hemos preguntado cómo habría sido la celebración cusqueña en tiempos de la conquista, y sin duda podemos concordar en que fueron fiestas de diferente índole religioso, pues en ese tiempo aún se veneraba a numerosos mallquis o momias de los antepasados e inkas; pero que con la llegada de los españoles y los extirpadores de idolatrías se se adoptaron vírgenes, santos, no santos(caso de Santiago) y el santísimo sacramento. Una forma visual de conocer algo de ese sincretismo ritual es mediante una pintura de la época en que, como una antesala de toda la ceremonia, se muestra un gran cuadro que mestra en ella a Cristo y los apóstoles, en el medio un plato típico El cuy al horno, protagonizan el pasaje evangélico de la Última Cena.



Dicen muchos autores que esta "puesta en escena" tenía un propósito didáctico: explicar, sencilla y directamente el motivo central del Corpus Christi: la Eucaristía entendida como presencia divina viva y actual.



Como una preparación que se anticipa al Inti Raymi (que se celebra el 24 de junio), la referida ceremonia cristiana tiene en el Cusco una fuerte marca de síntesis cultural de lo hispano y lo andino, en un mestizaje típico de la región sureña del Perú.

Por eso se trata precisamente de una fiesta religiosa que involucra al colectivo, sin discriminaciones, pues el pueblo concurre masivamente; se realiza el sexagésimo jueves domingo de Pascua de Resurrección, cuando se conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena. El día central se festeja alrededor del 3 de junio.


Otro elemento tradicional a esta fiesta que reune a todos los santos de las diversas parroquias de la ciudad es la preparacion del famoso "Chiriuchu" que es la mixtura de ingredientes como la carne de cuy, gallina, asi tambien presencia de cancha o maiz tostado, queso, cochayuyo o algas marinas, rocoto en rodajas, huevera de pescado, tortilla,ahora se ha incluido elementos como la salchicha para resaltar mas el plato.

 

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